“…contemplo la tierra y el espacio, observo, pinto y siento que va surgiendo en mí un gran amor”.

Rufino Tamayo

Como dijo alguna vez Carl Sagan, en uno de sus tantos programas para entender el mundo y el cosmos: “me pregunto que habrá pensado el primer ser humano al levantar la vista al cielo nocturno y ver la bóveda celeste tal y como es“.

Desde el principio, la humanidad comenzó una larga travesía por el nuevo mundo al cual se enfrentaba, como una especie que tenía conciencia del tiempo y del espacio, que tenía emociones y que aquella persona al ver el cielo estrellado, comenzaría una nueva revolución que impulsaría a la humanidad a nuevos horizontes.

Desde antes de que existiera la ciencia y el conocimiento como algo formal, el arte se adelantó. Estableció los fundamentos de una nueva perspectiva y las personas comenzaron a pintar, cantar, escribir y a recrear todo lo que veían.

A lo largo de millones de años, el arte ha tenido toda una serie de manifestaciones, que al existir un telar cósmico sobre sus cabezas, se interpretaron muchas obras aludiendo a tal belleza que generaba no solo un gran bienestar sino también un sentimiento de inmensidad en la cual estaban inmersas sus almas.

Muchas civilizaciones retrataron las estrellas, los planetas, los cometas, la Luna, el Sol, y desde luego la Vía Láctea. El arte y el espacio han ido transformándose conjuntamente, puesto que este fue una de las primeras cosas en ser plasmada sobre las obras artísticas de la humanidad.

El arte conlleva a conocer más acerca de sus creadores y de lo que se observo en otros tiempos, nos lleva a una historia en el pasado, a los puntos de vista de personas que vivieron antes, y así,  vemos lo que observaron, escuchamos lo que sintieron, y leemos lo que los impresionó.

El arte con respecto a los temas espaciales se ha manifestado desde tiempos antiguos. Nos ayuda a comprender como pensaban que se manifestaba el cosmos y los objetos celestes en ese entonces. Nos permite saber acerca de los cometas que surcaron los cielos, las fechas de los eclipses sucedidos, los cráteres de la Luna que existían para poder compararlos con los nuevos cráteres que podemos observar. Las manchas solares, el movimiento de los planetas, las lluvias de estrellas, los pequeños meteoritos que ingresaban a nuestra atmósfera. Deducir acerca de las estrellas que desaparecieron y las nuevas estrellas que se formaron, de las supernovas que observaron y registraron. Es decir, en general acerca de los cielos del pasado y del presente.

Conforme el nacimiento de las nuevas artes como la música o la escultura, la humanidad incursionó de nueva cuenta en el espacio.

Tal es el ejemplo de la cultura maya, que con la arquitectura y sus hermosos edificios decorados de un sin fin de elementos artísticos, construyeron estructuras para observar el espacio, esculturas que representaban a una ceiba que llegaba a tocar las estrellas y una serpiente que representa a Kukulcán que, hipotéticamente, representa la Vía Láctea. Esto desarrolló una base científica que fue de la mano con la creación de un sistema matemático complejo, así como la habilidad que tenían de calcular eclipses.

Otro ejemplo, fueron los árabes, amantes de las estrellas, las matemáticas y la navegación. Con hermosas mandalas y telares que representaban la bóveda celeste, un  arte completamente geométrico sin la existencia de ídolos que trataba de representar como funcionaban las órbitas planetarias. Poco después, desarrollaron la brújula y el astrolabio, que no solo fueron instrumentos de navegación, sino que estos fueron bañados en oro y se hicieron hermosos diseños como piezas de arte.

 Otro ejemplo es el reloj cósmico de Praga, un instrumento astronómico que se convirtió en una pieza de arte.

Para la humanidad, el cosmos representa algo sagrado. Incluso muchas civilizaciones crearon a sus dioses con base a las estrellas que se encontraban sobre sus cabezas, las cuales pensaban, eran fogatas de otras personas inalcanzables que eran capaces de tocar el cielo, por lo cual para ellos eran divinas. Gracias a esta divinificación, se construyeron nuevos templos con técnicas artísticas propias de cada civilización con el fin ver las estrellas.

Actualmente con las nuevas tecnologías y artes, se han realizado obras cinematográficas, así como muchas obras literarias que hacen alusión al cosmos. Un nuevo género artístico llamado ciencia ficción, enfocó gran parte de su contenido en el telar cósmico. Desde Julio Verne con su clásico Viaje a la Luna, y pasando por autores como Isaac Asimov, quién imaginó un imperio galáctico que abarcaba grandes mundos y planetas como ciudades enteras, hasta las películas contemporáneas como Star Wars o Interstellar que tienen fundamentos científicos así como desarrollos imaginativos de artistas modernos.

El arte es una perspectiva que crea sueños, que genera en las personas sentimientos, que aluden a la belleza y que la crea. Es una herramienta que se ha generado debido a la evolución del cerebro humano a lo largo de millones de años para que pueda sobrevivir, para que sea capaz de superarse. Para tener la capacidad de crear grandes obras y poder viajar hacia el exterior y finalmente tocar las estrellas.

Es como una voz llamando a la humanidad apta para poder salir y conocer sus orígenes, conocer nuevos mundos que darán vida, como en aquella pintura de Tamayo La gran Galaxia, en la cual se plasma a un hombre sobre matices oscuros y, en el fondo, triángulos blancos apilados como si estuvieran danzando pero que representan una galaxia.

Es aquí donde me pregunto, ¿Será la Vía Láctea?, o será una nueva galaxia que se levanta sobre el horizonte de un nuevo mundo, ¿Qué sentirá aquella persona que ve el firmamento? ¿qué se estará preguntando? ¿qué representa esa tonalidad azul? ¿un océano? ¿o algo más?. De alguna manera, el arte cósmico nos llama a explorar el universo y a surcar las aguas del océano cósmico1.

  1. Expresión hecha por Carl Sagan en su serie para televisión “Cosmos“ ,1980.

 

Hugo Hernández

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Fuentes:

El presente trabajo no se basó en ninguna fuente concreta, ya que todo lo escrito fue originado por el autor. Sin embargo aquí  algunas fuentes relativas.

Ávila Jiménez, Norma. El Arte Cósmico de Tamayo. Editorial Práxis, primera edición 2010.

Sagan, Carl. Cosmos: A Personal Voyage. Public Broadcasting Service, 1980.

Imagen:

La gran galaxia, Rufino Tamayo.

http://www.mcasd.org/tours/treasures-of-tamayo/la-gran-galaxia